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Ganó Chávez, pero Capriles queda fortalecido



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*This post originally appeared on the Revista Perspectiva blog and is being republished with permission of the author.

Caracas, Venezuela – Con una participación histórica, equivalente al 80,94% del censo electoral, Presidente Hugo Chávez ha ganado su cuarta elección presidencial consecutiva con más de un millón de votos de diferencia frente a su contendor, el candidato por la Mesa de la Unidad Nacional (MUD), Henrique Capriles Radonski. Chávez se dio su ya tradicional baño de multitudes al pie del balcón del Palacio de Miraflores, y los fuegos pirotécnicos que preparó el oficialismo no pararon de iluminar el cielo caraqueño por cerca de dos horas. Me pregunto ¿qué hubiese pasado con tantos preparativos de no haber conseguido la victoria?

Pese al llanto y las caras largas de casi la mitad de los votantes, la jornada ha sido un hito sin precedentes que demostró la enorme vocación cívica y democrática de la sociedad venezolana. Muchos se agolparon a los centros de votación desde las 4 de la madrugada y las filas en muchos colegios electorales se hicieron “eternas” en horas de la mañana. La alegría, el positivismo y los mensajes de servidores públicos, políticos experimentados y líderes juveniles, que a través de la televisión y la radio repetían invitaciones a votar en paz, fueron la constante.

Destaca también la efectividad y la sencillez del sofisticado sistema de votación, aunque no por ello del proceso en general, que lució lento por cuenta de las varias instancias que había que superar para llegar finalmente a las mesas. De acuerdo con Federico Pinedo, diputado argentino del Partido Propuesta Republicana (PRO), que ejerció como observador internacional, el trámite de anotar el documento de identidad a la entrada de los centros de votación tuvo que ser levantado en la tarde—en muchos sitios—para agilizar la dinámica.

El proceso de observación tampoco estuvo exento de dificultades. Convertido más en un acompañamiento que en una observación formal con entidad para cuestionar posibles irregularidades, en algunos puntos no permitieron la entrada de los “acompañantes;” en otros fueron supervisados por efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), y en otros más intimidados por la presencia de manadas de motociclistas simpatizantes del chavismo que llegaron a muchos centros gritando consignas con megáfonos.

Ahora bien, poco después de medio día, las exit polls que son ilegales, pero que los venezolanos intercambian por teléfonos celulares y redes sociales, empezaron a dar cerradas ventajas a uno y otro bando. De ahí que el margen de superioridad que obtuvo Hugo Chávez y que fue dado a conocer sobre las 10 de la noche, con el primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE), hubiese caído como balde de agua helada sobre los seguidores de Capriles apostados en el Comando Venezuela.

Al final, el candidato de la MUD, recién ungido líder de la oposición, admitió su derrota con un discurso que refleja su talante pacífico y conciliador y que en clave de futuro promete continuar con la construcción de un “nuevo camino.” Por su parte, Hugo Chávez hizo lo propio, aunque con su particular estilo rindiendo homenaje a la espada de Bolívar, al caracazo y al golpe del 92, y anunciando la profundización del proyecto socialista.

En cualquier caso, aunque la diferencia entre ambos terminó siendo más abultada de lo que muchos anhelaban, el capital político de Capriles no es nada desdeñable. Más de 6 millones de votos le han enviado un mensaje muy fuerte al proyecto chavista, y legitiman el “camino” de la oposición a partir de ahora.

Aún cuando esta resaca de elecciones apenas comienza, desde ya empieza una nueva campaña—esta vez por las regionales en diciembre. ¿Le será suficiente a Hugo Chávez el margen conseguido en las presidenciales?

Carolina Gómez Piñol is a guest blogger to AQ Online. She is web editor of Revista Perspectiva.

 

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