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El Nuevo Gobierno Mexicano



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A principios de mes, Enrique Peña Nieto tomó posesión de la Presidencia de México en medio de graves protestas callejeras que tuvieron su principal fuerza de choque en la capital. Diferentes grupos como Yosoy132, Morena, sindicatos independientes y otros colectivos campesinos y urbanos protagonizaron duros enfrentamientos contra la policía que duraron más de siete horas y se saldaron con más de 100 heridos. Un día antes, Enrique Peña Nieto hizo la presentación oficial de su gabinete y de un programa de gobierno de 13 puntos.

Por lo que respecta al gabinete, algunos nombres ya se esperaban. Tal es el caso de Miguel Ángel Osorio (Gobernación), Jesús Murillo (Procuraduría General de la República), Joaquín Codwell (Energía), Enrique Martínez (Agricultura), Emilio Chuayffet (Educación Pública), Alfonso Navarrete (Trabajo) y Jorge Carlos Ramírez (Reforma Agraria).

Otros nombres sorprenden pero no extrañan. Tal es el caso de Manuel Mondragón (subsecretario de Seguridad Pública) quien proviene del gobierno de la ciudad de México; Rosario Robles (Desarrollo Social), exgobernadora de la capital del país y expresidenta del Partido de la Revolución Democrática; y José Antonio Meade (Relaciones Exteriores), exsecretario de hacienda del gobierno de Felipe Calderón. Sin embargo, pocos son gente realmente cercana a él, como Luis Videgaray (Hacienda), Gerardo Ruiz (Comunicaciones) y Alfonso Navarrete, lo que nos indica el grado de subordinación que el nuevo presidente tiene respecto al grupo encabezado por Carlos Salinas de Gortari. Incluso una sobrina de éste figura como nueva secretaria de Turismo (Claudia Ruiz Massieu Salinas). Desaparecen también dos secretarías (Seguridad Pública y Función Pública), cuyas atribuciones regresan a la de Gobernación.

Se presentó también un Programa de 13 Puntos y se firmó el Pacto por México entre los principales partidos políticos, por los que se comprometen a diversas acciones de gobierno y reformas legislativas orientadas a cinco objetivos fundamentales: gobernabilidad democrática; crecimiento económico, empleo y competitividad; ejercicio pleno de derechos sociales y libertades; seguridad y justicia, así como transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción. Lo que no se dijo es cómo se va a lograr, cuándo y de qué forma. Promesas fáciles de incumplir, tal y como lo hemos visto en los últimos cuarenta años.

La duda es si con el mismo modelo económico que ha hundido al país y con los personajes públicos y privados que lo motivaron, el nuevo inquilino de Los Pinos y su gabinete concretarán todo lo que han prometido. Para financiar los proyectos contenidos en ambos documentos, de acuerdo con Carlos Fernández Vega, harían falta 250 mil millones de pesos (casi 20 mil millones de dólares). Por otro lado, en el presupuesto del gobierno, 90 centavos de cada peso ya están comprometidos y no pueden tocarse (pago de deuda, de sueldos, etc.), por lo que sólo quedan 10 centavos por peso (de acuerdo a la Cámara de Diputados). El secretario de Hacienda, Videgaray, ya dijo que no habrá aumento de impuestos en 2013, pero de acuerdo con Carlos González Barragán, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, para solventar los compromisos ofrecidos hace falta una reforma fiscal y hacendaria. ¿De dónde sacarán el dinero entonces?

En otro tema, la seguridad pública, las cosas parece que no van a cambiar mucho, pues el nuevo presidente ya anunció que el ejército seguirá en las calles mientras se prepara un nuevo plan de seguridad. Y con el cambio de sexenio, las muertes no han cesado.

Como bien señala Guillermo Knochenhauer, Calderón deja el gobierno en tan malas condiciones que a Peña no le será difícil mejorar aunque sea un poco cualquiera de las políticas del gobierno anterior. Además, éste contará con un conjunto bien disciplinado de medios electrónicos e impresos que encubrirán cualquier fracaso y magnificarán cualquier éxito.

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