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Elecciones en Venezuela: ¿Capriles para la próxima?



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Los resultados electorales del pasado domingo en Venezuela no solo desafiaron todas las encuestas que apuntaban a una holgada victoria del oficialista Nicolás Maduro—heredero del fallecido Hugo Chávez—sobre el opositor Henrique Capriles, sino también atizaron la polarización en  la nación con mayores reservas mundiales de crudo. Entre demandas de reconteo de votos, marchas fallidas, cacerolazos y cohetazos, todo parece indicar que mañana viernes, Maduro se posicionará como presidente para el período 2013-2019.

La pelea electoral puso a prueba a toda la región. Entre reconocer al gobierno del “hijo de Chávez”—todos los países a excepción de Estados Unidos y Paraguay lo hicieron—y llamar a un legítimo reconteo de votos, posición que matizó la Organización de Estados Americanos después de condenar duramente la violencia post-electoral que causó siete muertos, se convocó a una reunión en Unasur con carácter de urgencia. Los otros 10 países del bloque—Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay, Guyana, Surinam, y Perú—ya han sentado una posición al lado de la institucionalidad de Venezuela. La crisis política desatada por la supuesta falta de transparencia electoral preocupa al continente y Maduro aseguró que dejaba todo en manos del CNE (organismo electoral en su país), es poco probable que haya lugar para el reconteo de votos, que le dieron la victoria por solo 230.000 sufragios.

A saber: cuatro de los cinco rectores electorales son chavistas, y el Tribunal Supremo de Justicia ya sentó su posición al asegurar que la constitución y las leyes locales no prevén un conteo manual. Aunque esto es cierto, la auditoria ciudadana sí está reconocida pero sólo sobre el 54 por ciento de las urnas escogidas al azar. Esta vigilancia según Maduro ya se hizo, aunque en las denuncias el candidato opositor Henrique Capriles, muchos de sus testigos electorales fueron retirados a la fuerza en al menos 285 centros de votación.Para completar la presión del oficialismo, la fiscal general dijo que emitiría órdenes de captura a Capriles y otros miembros de la oposición por los delitos de instigación a delinquir y obstrucción de vía pública, pese a que el mismo gobernador de Miranda pidió suspender las movilizaciones para evitar desmanes.  En el departamento que gobierna, miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) salieron a protestar por su ausencia y pidieron su destitución, mientras en la Asamblea Nacional, su presidente Diosdado Cabello dijo que no le daría derecho de palabra a los diputados opositores que no reconocieran a Nicolás Maduro como legítimo presidente.

Aunque es predecible que los partidarios de Capriles y de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) sigan protestando en las calles y caceroleando, es improbable que logren reversar la realidad actual: el PSUV seguirá en el poder. Aunque es un partido que tiene que replantearse la pérdida de casi un millón 200 mil votos que sí ganó Chávez en los pasados comicios de octubre, aún cuenta con el 50 por ciento de la población de su lado, las misiones sociales y lo más determinante, importantes fichas del oficialismo enquistadas en todas las esferas del poder público.

El gobernador de Miranda recorrió un camino importante entre la campaña pasada y ésta, que fue corta, intensa y con claras desventajas en términos de proselitismo y uso de los medios de comunicación oficiales, como suele pasar cuando de reelecciones se trata. Es, sin embargo, la mejor elección de la oposición venezolana desde 1988, y con el líder del chavismo desaparecido, estas elecciones demostraron que la religiosidad y el fanatismo se lo debían sobre todo a él. Se vienen años de aún más intensa polarización política y es muy probable que Capriles sea presidente, pero en otro periodo, sobre todo si logra conservar y catapultar su capital político.

A menos que haya una revocatoria de mandato, el chavismo seguirá seis años más en el poder enfrentando la irresuelta crisis petrolera, la escasez de alimentos y hasta de energía, y no menos relevante, a la mitad de los venezolanos demandando un cambio de rumbo. Si el gobierno no consensa con sus opositores y el nivel de debate es de tan poca profundidad como el de la campaña, será un periodo aún más aciago para el país bolivariano y tal y como sucedió en los 14 años de Hugo Chávez en el poder, Venezuela no saldrá de la agenda pública internacional.

ABOUT THE AUTHOR

Jenny Manrique es una bloguera contribuidora para AQ Online. Ella es una periodista colombiana que ha escrito para medios como Semana, Votebien.com, El Espectador, Latinamerican Press y Folha de São Paulo. Actualmente trabaja como periodista freelance. Su cuenta de Twitter es: @JennyManriqueC.



Tags: 2013 Venezuela Elections, Venezuela
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