Politics, Business & Culture in the Americas

El rol de los bancos en derribar barreras para las mujeres

Mejorar el acceso a crédito para mujeres emprendedoras puede ayudar a que América Latina se recupere de la pandemia.
Una gerente da instrucciones en una oficina en Rio de Janeiro.Ricardo Funari/Brazil Photos/LightRocket via Getty Images
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Este artículo fue adaptado del reportaje especial de AQ sobre cómo cerrar la brecha de género | Ler em português | Read in English

La diversidad de género, raza, cultura y etnia es el motor de la innovación y el progreso. Por ello, las organizaciones se centran cada vez más en las formas en que pueden mejorar la representación y la inclusión. Muchos de estos esfuerzos han movido la aguja hacia una sociedad más equitativa. Pero siguen existiendo obstáculos.

A medida que las sociedades responden al COVID-19, las mujeres se han encontrado de manera desproporcionada sin trabajo o sin las protecciones sociales que ofrece el sector formal. De la misma manera en que la pandemia ha exacerbado las inequidades existentes, también nos ha obligado a enfrentarlas. En este momento, las oportunidades financieras para las mujeres deben ser una prioridad.

El emprendimiento es una manera comprobada de apoyar a las mujeres en situaciones vulnerables, dándoles acceso a libertad financiera y mejorando las perspectivas económicas de sus familias. Las mujeres invierten la mayoría de sus ganancias en sus propias comunidades a una tasa más alta que sus contrapartes masculinas. Gastan una mayor parte de sus ingresos en salud, educación y en el bienestar general de sus familias, promoviendo así futuras ganancias económicas y un crecimiento inclusivo. El fortalecimiento del poder adquisitivo económico de las mujeres conduce directamente al fortalecimiento de las economías locales.

La buena noticia es que en los últimos años, el número de pequeñas y medianas empresas (pymes) propiedad de mujeres ha crecido en todo el hemisferio. Un estudio realizado en 2015 por el McKinsey Global Institute encontró que el PIB mundial podría aumentar en 28 billones de dólares para 2025 si las mujeres pudieran participar en el mercado laboral a la misma tasa que los hombres. Si bien los beneficios obtenidos desde entonces aún no se han cuantificado a escala mundial, varios mercados de la región han avanzado en lo que respecta a la igualdad entre los géneros y el emprendimiento. Los datos públicos de la Organización Internacional del Trabajo y de la UNESCO muestran que las mujeres de Ecuador, Colombia y Brasil tienen casi las mismas probabilidades de emprender iniciativas empresariales que los hombres. A pesar de esto, es importante que analicemos cuáles son los desafíos —y las posibles soluciones— que nos aguardan.

El déficit

América Latina y el Caribe tienen el mayor número de mujeres que trabajan por cuenta propia en el mundo. Sin embargo, sólo el 30% de los préstamos solicitados por pymes dirigidas por mujeres son aprobados, y a menudo con requisitos y tasas de garantía muy altos. Según un estudio de First Round Capital, las mujeres reciben menos del 3% de la financiación de capital de riesgo en todo el mundo, y las mujeres pertenecientes a minorías están aún más rezagadas. Un estudio realizado en Chile por el Banco Interamericano de Desarrollo reveló que los hombres tienen más probabilidades de recibir préstamos que las mujeres, a pesar de que la información en sus solicitudes de préstamo sea la misma. Mientras la región sigue luchando contra el COVID-19 y los emprendedores solicitan préstamos para mantener sus negocios a flote, este tipo de sesgo puede tener graves consecuencias para el futuro de la equidad de género en la región.

Las mujeres de la región suelen carecer de un historial crediticio formal, y el hecho de tener poco o nulo acceso a garantías limita su capacidad de solicitar un crédito. Las medidas regulatorias generales y neutrales en cuanto a la cuestión del género tienden a ampliar la brecha en los resultados, poniendo a las mujeres en una desventaja a la hora de crear o dirigir negocios. Por ejemplo, es posible que sean menos capaces que los hombres de costear procedimientos de registro largos y costosos debido a los bajos salarios y a las demandas de tiempo.

Según el Banco Mundial, la mayoría de las empresas dirigidas por mujeres se encuentran en los sectores de la venta al por menor y de los servicios, que son menos rentables que otras industrias. Los salarios más bajos también dificultan que los bancos aprueben los préstamos necesarios para poner en marcha un negocio. Como resultado, la incapacidad de las mujeres de obtener financiación de fuentes tradicionales significa que es más probable que recurran a sus ahorros y a créditos personales para financiar sus empresas o que pidan prestado dinero a familiares y amigos para financiar su startup. Un estudio de la escuela de negocios del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) demostró que, si bien la mayoría de los hombres dijeron que cerraron su negocio debido a la baja rentabilidad, la mayoría de las empresarias señalaron la dificultad de obtener financiación como la causa del fracaso de su negocio. Incluso cuando las mujeres buscan préstamos empresariales, tienden a recibir menos capital, a pagar tasas de interés más altas y a aportar más garantías que sus contrapartes masculinas. Es necesario abordar abiertamente los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres emprendedoras, junto con los esfuerzos por eliminar barreras culturales profundamente arraigadas basadas en el género y en normas sociales.

Qué se puede hacer

Aunque las mujeres participan en una serie de actividades de emprendedurismo, muchas tienden a concentrarse en micro, pequeñas y medianas empresas debido a la falta de garantías y de capital, al acceso limitado a asistencia técnica y a la ausencia de mujeres líderes en los puestos de toma de decisiones. La apertura de una cuenta bancaria es un paso clave para acceder a los servicios financieros, incluyendo crédito, que puede dar lugar a oportunidades económicas que de otro modo serían inalcanzables.

En su calidad de banco institucional que opera en la mayor parte de la región, Citi se concentra en la prestación de asistencia técnica y de asesoramiento, así como en el apoyo a los préstamos, a quienes prestan servicios directamente a las pymes. Junto con la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (IDFC por sus siglas en inglés, anteriormente OPIC), hemos proporcionado más de 536 millones de dólares en financiamiento a 58 empresas inclusivas en 27 países, beneficiando a más de 1.4 millones de empresarios, 87% de los cuales son mujeres. En la República Dominicana, Citi y la IDFC acordaron conceder un préstamo a mediano plazo al Banco Adopem de Ahorro y Crédito para apoyar el crecimiento de una cartera que beneficia a 14,000 empresas dirigidas por mujeres. En Paraguay, la IDFC y Citi acordaron dos servicios de préstamo (uno de 150 millones de dólares al Banco Regional y otro de 100 millones de dólares al Banco Sudameris) para pequeñas y medianas empresas, centrándose en las empresas cuyos propietarios son mujeres.  El aumento del capital de las mujeres y el acceso a las garantías también está vinculado a la igualdad de remuneración entre los géneros. Por ello nos comprometimos no sólo a cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres en Citi, sino también a hacer pública nuestra brecha salarial para garantizar la plena rendición de cuentas.

Citi también se ha comprometido a nivel mundial, junto con la IDFC y la Fundación Ford, a ofrecer un servicio de garantía de préstamos por un valor de 100 millones de dólares que nos permitirá proporcionar financiación inicial en moneda local a las empresas que amplíen el acceso a los productos y servicios para las comunidades de bajos ingresos en mercados emergentes. Nos hemos comprometido a buscar activamente oportunidades de inversión en empresas que estén dirigidas o cuyas propietarias sean mujeres y emprendedores pertenecientes a minorías.

Sin embargo, centrarse sólo en el crédito no es suficiente. Un factor clave para nivelar el campo de juego es asegurarse de que se abran canales a otra variable en el éxito de las iniciativas empresariales: el acceso a redes.

Como banco global, hemos visto de primera mano cuán cruciales y efectivas pueden ser estas redes. Las pymes dirigidas por mujeres son un componente importante de las cadenas de suministro mundiales. Las empresas que estén en condiciones de desempeñar un papel en la producción de redes pueden servir de recurso a las PYMES en su cadena de suministro como parte de su deber como ciudadanos corporativos, desde la financiación hasta la gestión de inventarios. Citi se ha comprometido a realizar adquisiciones procedentes de empresas propiedad de mujeres, especialmente de empresas situadas en mercados en desarrollo. En el 2019, trabajamos con organizaciones aliadas para identificar empresas en todo el mundo que se hayan registrado como propiedad de mujeres, a fin de evaluar sus capacidades.

La construcción de redes también significa echar un vistazo interno a las estructuras organizacionales. El aumento del número de mujeres que ocupan puestos directivos en el sector bancario puede aportar diversas perspectivas sobre la reforma, y ayudar a educar sobre los prejuicios y reducirlos. Los desafíos que enfrentan las mujeres para acceder a la financiación y a la toma de decisiones deben ser atendidos en las reformas del sector financiero. En este caso, los objetivos de representación son importantes, en particular en los puestos directivos superiores, por lo que nos comprometimos públicamente a aumentar nuestra representación de mujeres en los puestos directivos superiores hasta un 40% para 2021. El anuncio de que Jane Fraser, actual presidenta de Citi y CEO de Banca de Consumo Global, será nombrada CEO de Citi en febrero es un hito importante para seguir rompiendo barreras.

El estado actual del mundo ofrece la oportunidad de implementar los cambios pendientes. Es evidente que el crecimiento del empresariado femenino beneficia a todos. No obstante, para liberar realmente su potencial debemos primero identificar y reconocer los obstáculos que muchas mujeres aún enfrentan. A medida que la economía mundial se diversifica cada vez más, debemos ser incansables en el impulso de un cambio que permita a las mujeres navegar por los mercados financieros, conectando los puntos entre las capacidades financieras, el acceso al capital y su legítimo papel en la economía mundial.

Torres Cantú es CEO de Citi Latin America, es responsable de todos los negocios en los 22 países de la región donde Citi tiene presencia. Cantú es miembro del equipo de dirección ejecutiva de Citi. Antes de su cargo actual, fue CEO de Citibanamex de 2014 a 2019.


Tags: access to credit, financial inclusion, Gender
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