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¿Qué ocurre con el YoSoy132?



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YoSoy132 nació como un movimiento universitario en mayo de 2012, en oposición a la entonces candidatura presidencial del ahora presidente de México Enrique Peña Nieto.

Rápidamente se extendió, no sólo en el ámbito nacional, sino también en el ámbito internacional con la formación de grupos de mexicanos radicados en muchas ciudades del mundo. Los vimos organizar grandes manifestaciones en las que su poder de convocatoria—especialmente en la capital del país—llegó a reunir a miles de opositores al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sin embargo, después de las elecciones de julio de ese mismo año, pudimos ver con tristeza cómo el movimiento comenzó a perder, poco a poco, su gran fuerza inicial.  Dejó de ser novedad y muchos simpatizantes perdieron el entusiasmo cuando vieron que no se pudo impedir que Peña Nieto se impusiera en los comicios presidenciales.

Y llegó el 1 de diciembre, fecha en que el nuevo presidente tomaría posesión de su cargo. Se preveían grandes manifestaciones de protesta por todo el país, que en muchos lugares terminaron en tragedia y represión, especialmente en la ciudad de México y en Guadalajara, donde hubo muchos heridos y detenidos. Mientras los medios de comunicación linchaban a los jóvenes, éstos denunciaban la presencia de policías y militares infiltrados en las marchas y a quienes acusaban de incitar a los disturbios. Pero aun así Peña Nieto tomó posesión de su cargo.

Y ahora cabe preguntarse ¿qué ocurre con Yosoy132? Ya casi no se habla de él en la televisión, la radio o los periódicos. ¿Dónde están? ¿Qué hacen?Al parecer, Yosoy132 ha decidido replegarse para decidir sus movimientos futuros. Se han dado cuenta que si quieren sobrevivir tienen que convertirse en un movimiento más consolidado con objetivos claros y bien definidos. Para ello, han realizado constantes asambleas con el fin de discutir el rumbo que deben de tomar, presentando de vez en cuando comunicados de prensa—el último de los cuales presenta una propuesta de reforma constitucional en medios de comunicación—y estableciendo vínculos con otros movimientos juveniles, especialmente los de Chile y España. Como dicen en su Manifiesto: “Somos los desesperados, los que refrescan el timeline cada cinco minutos. Somos la nostalgia de revolución de nuestros padres. Somos la nostalgia de un futuro que podría ser. Creemos que la protesta pertenece al pasado, pero también creemos que la protesta contra el orden es el fundamento del orden nuevo.”

Yosoy132 ha manifestado su intención de pasar de ser un referente de resistencia a convertirse en un espacio de confluencia y de apoyo a otras luchas, sin perder sus tres principios básicos: apartidismo, pacifismo y pluralismo. Pero también ha tenido que reconocer que ha dejado de ser un movimiento de masas. En efecto, Yosoy132 se ha ido desinflando poco a poco, muchos de los estudiantes que le dieron origen lo han abandonado, ya sea por cansancio, miedo o desilusión. Mucho de su apoyo popular se ha perdido, especialmente entre la clase media a la que no le gustan los conflictos callejeros. Pero a pesar de ello, el movimiento sigue, se mantiene vivo sabiendo que si logra consolidarse, logrará atraer de nuevo el apoyo popular y volverá a poner en serios aprietos al gobierno  de Enrique Peña Nieto.

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