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Dinamismo en los Partidos Políticos de El Salvador



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Los salvadoreños nos encontramos, de nuevo, a escasos cinco meses de una nueva contienda electoral. Mientras muchos aún no terminan de recuperarse de la resaca de la última elección presidencial, otros esperan con ansias la llegada de los próximos comicios.

Generalmente, en épocas cercanas a elecciones es cuando muchos empezamos a prestarle atención a los partidos políticos. Preguntas y conversaciones sobre el estado actual, la evolución, involución y hasta explosión del sistema de partidos políticos se escuchan con frecuencia. Comentarios sobre “las primarias a medias” o “los dedazos” no dejan de despertar pasiones.

A la luz de los procesos internos que cada uno de los partidos políticos del país (grandes y pequeños así como nuevos y tradicionales) ha estado llevando a cabo, vale la pena enfatizar la importancia de un sistema de partidos políticos modernos y dinámicos para el país. El Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI por sus siglas en inglés) tiene más de dos décadas trabajando con partidos políticos en más de 50 países del mundo.

Con el correr del tiempo, el NDI ha identificado una serie de mejores prácticas de partidos efectivos. Un partido político efectivo debe considerar tres elementos claves: la democracia interna, la transparencia y el alcance a nuevos sectores.Los tres ejes de mejores prácticas deben verse a la luz de los procesos que está viviendo cada uno de los partidos del país, especialmente los mayoritarios. Hace unos días, el alcalde de San Salvador, Norman Quijano, desistió de competir por la reelección en el 2015. ARENA le sustituyo por Edwin Zamora, la figura emblemática de la renovación del pensamiento del partido. Las razones detrás de la renuncia del Alcalde Quijano son irrelevantes, porque en el fondo, lo que el acontecimiento ilustra es el dinamismo y las corrientes internas dentro de ARENA.

A muchos no les gustó la manera como la cúpula del FMLN se decantó por su candidato a alcalde a San Salvador, Nayib Bukele. Pero la carencia de un proceso de primarias internas puede, irónicamente, terminarle beneficiando a Bukele mientras ARENA busca recuperar tiempo perdido después de la renuncia de Quijano. Sin embargo, cuando se compara con otros partidos amigos del FMLN—como el FSLN de Nicaragua o el mismo PSUV de Venezuela—queda claro que el FMLN ha logrado un nivel de institucionalidad partidaria que otros partidos que surgen de movimientos revolucionarios no han logrado.

El segundo eje es el de la transparencia. Pero las dimensiones varían y ahí todos tienen camino por recorrer. Transparencia no sólo se refiere a cuestiones de financiamiento, sino también a los procesos de toma de decisiones—tanto de directrices internas como de posiciones partidarias ante eventos coyunturales.

Finalmente, el tercer eje es, quizá, el más importante: el alcance a nuevos sectores. La composición socio-demográfica salvadoreña ha cambiado, y junto con ella, los patrones de votación. El Salvador es un país cada vez más urbano, con una población joven y una clase media golpeada por la inseguridad y la carencia de oportunidades económicas. El electorado está informado no solo del acontecer nacional, sino también del mundial. Estudiar, analizar y comprender estas variaciones sociodemográficas es clave para la elaboración de propuestas y plataformas políticas que respondan a realidades  y necesidades específicas.

El reto es grande y complejo para todo el sistema de partidos políticos. En la medida que la sociedad salvadoreña se ha ido profesionalizando, así también crece la expectativa que la clase política actúe y proponga de manera profesional, seria y apegada al ahora—y no al pasado.

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Julio Rank Wright is a contributing blogger to AQ Online. He is from San Salvador, El Salvador, but temporarily lives in Washington DC.



Tags: Democracia, El Salvador, Partidos Políticos
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