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Un trato polémico en El Salvador y la estrategia global de China

Reading Time: 4 minutesUn trato de territorio e impuestos se convierte en una fuente de tensión en China – y una señal de su creciente interés en América Central.
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STUART GRAY/GETTY

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Este artículo está adaptado de la edición impresa de AQ sobre China y América Latina | Read in English

El pasado Julio, Salvador Sanchéz Cerén, el Presidente de El Salvador propuso designar todo un 14% del territorio del país –y alrededor de la mitad de su costa– a una llamada Zona Económica Especial (ZEE).

Las ZEEs son comunes, llenas de recortes tributarios e incentivos para todo desde las energías renovables hasta la inversión agrícola. Pero esta parecía ser diplomáticamente arriesgada: en medio de la batalla comercial de la administración de Trump con China, la ZEE de Cerén pareció ser diseñada específicamente para favorecer a Pekín.

Una provisión en particular tenía las características de un trato amoroso: prohibir a cualquier compañía que ya pagaba impuestos en El Salvador comprar en la ZEE. Eso significó que firmas como la estadounidense Hanes –una de los contratantes mas grandes de El Salvador– no podría participar.

China había mostrado interés recientemente en otras inversiones salvadoreñas, incluyendo una importante concesión portuaria ­– en tierra que sería incluida en la ZEE. Poco después de que la propuesta se hiciera pública, la embajadora de Estados Unidos Jean Manes dijo en una entrevista televisiva que era “alarmante la estrategia de expansión que China tiene” en América Central y sugirió que el interés de China en el puerto podría tener objetivos tanto económicos como militares.

“Esta tratando de encontrar puntos débiles en la región”, dijo Manes.

Entonces cayó la bomba. El 20 de agosto, aproximadamente un mes después de proponer la ZEE, el presidente Cerén anunció que El Salvador cortaría su largo vínculo con Taiwán y que reconocería a Pekín en su lugar.

Se despertó la atención de la prensa salvadoreña: solo seis meses antes de las elecciones que el FMLN parecía destinado a perder, el gobierno había roto relaciones diplomáticas con uno de los principales donantes y socios comerciales del país. No era difícil imaginar un quid pro quo –especialmente dado que el territorio propuesto de la ZEE correspondía en parte a uno de los últimas zonas de dominio político del FMLN.

“Hubo muy poca información sobre como se tomó la decisión de parte del gobierno … de cuánto tiempo se negoció, cómo se negoció, de cuáles son los puntos beneficiosos para el país,” dijo Sergio Araúz, un reportero político para la publicación salvadoreña de noticias El Faro. “En los vacíos políticos se escuchaba mucho a nivel de rumor”.

El gobierno de Cerén negó cualquier irregularidad, y descartó la idea que China había dictado los términos de la ZEE. Los potenciales beneficios del acuerdo para El Salvador, los líderes del FMLN afirmaron, eran obvios.

La controversia de la ZEE, que continua, es solo un ejemplo de cómo América Central se ha convertido en un teatro particularmente importante para China. El interés de Pekín en la región es parcialmente sobre su duradera rivalidad con Taiwán ­–Guatemala, Honduras, Belice y Nicaragua son de los 17 países globalmente que aun reconocen lo que China considera una provincia disidente. Pero los inversionistas Chinos hoy en día tienen intereses más alla de las preocupaciones diplomáticas e inclusive materias primas; están invertiendo en infraestructura, transporte, comunicación y más.

“La relación comercial entre China y países de América Central y del Caribe…. Se esta convirtiendo en una nueva, más profunda relación,” dijo Carlos Murillo, un profesor de gobierno y política pública de la Universidad de Costa Rica.

La expansión ha tenido resultados mixtos. En Nicaragua, un plan quijotesco de construir un canal a través del istmo nunca se materializó. En Marzo, el presidente de Panamá Juan Carlos Varela anunció que la primera fase de un ferrocarril de alta velocidad, financiado y construido por un consorcio Chino, costaría $4,1 billones de dólares y sería terminado en seis años.

Costa Rica reconoció China en el 2007 y fue recompensada con un proyecto de un estado de $105 millones de dólares en San José, aunque fueron trabajadores chinos los que lo construyeron, usando mayormente materiales chinos. CHINAFECC, la compañía detrás del proyecto, usó la inversión para adelantarse en el sector de bienes raíces, dijo Murillo.

La estrategia económica y diplomática de China ha dejado a los gobiernos sintiéndose atrapados entre la proximidad y el peso de Washington y la posibilidad de una inversión sin límite de Pekín.

“China te ofrece paquetes de infraestructura, turismo, inversión,” dijo Enrique Dussel Peters, el director de el Centro de Estudios China-México de la UNAM en la Ciudad de México. “Pero hay que saber a quien invitaste a la fiesta … los países que más se beneficien serán los que entiendan por completo lo que significa tener a China como socio.”

En que grado de esa escala El Salvador terminará continua siendo una incógnita.

Nayib Bukele, que ganó la presidencia con 53% del voto, ha acogido a la administración de Trump del todo en las semanas antes de su inauguración. Eso incluye una reunión en Marzo con el consejero de seguridad nacional John Bolton y una visita a The Heritage Foundation en la que Bukele dijo que China “no respeta las reglas” y “se mete en tu democracia”.

Muchos especulan que Bukele tal vez tome el paso extraordinario de revertir la decisión del FMLN y reconocer a Taiwán una vez que tome la presidencia el primero de Junio.

El ministro de asuntos interiores de China dijo en una declaración en Marzo que las relaciones con El Salvador habían sido “difíciles de ganar” y que estaban seguros que Bukele tomaría la “decisión correcta”. Pero aunque el nuevo presidente de El Salvador le de la espalda a Pekín, los intereses de China en América Central parecen encaminados a crecer.

“El estilo de China no es conflictivo”, Murillo dijo. “Se está filtrando, estadio por estadio, sistema de control por sistema de control. La pregunta del millón de dólares es si (América Central) tiene oportunidad de beneficiarse”.

Russell es editor y corresponsal en la Ciudad de México para Americas Quarterly

ABOUT THE AUTHOR

Benjamin Russell is a writer based in Los Angeles and Mexico City, and a former editor of AQ.

Tags: El Salvador, Mercado Libre
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